Being Jose Luis Garci
Ser moderno es difícil. Pero...
¿Y ser Garci?
1. Seleccionar un pueblo del norte de España, preferiblemente de Asturias o Cantabria.
2. Elegir personajes entre los siguientes tipos:
-Un maestro de escuela con canas y, a ser posible, revolucionario. Ha sufrido, pero es bondadoso. Da consejos directos al corazón de los restantes personajes penosos.
-Una mujer rica algo egoísta pero cuyo corazón se va ablandando con el tiempo. Es culta y lee libros que a Garci le parecen sofisticados y refinados.
-Un niño orejón con pantalón corto. Paga a otras niñas-putas para que le enseñen las bragas. Juega con juguetes atrasados, como peonzas, diábolos y cometas.
-Un amigo gordito del niño orejón, que sea pobre, y dé pena. No es necesario que sea sordomundo, pero eso son puntos.
-Un boticario con bigote y pinta de pringao. Nunca se va a ligar a la rica, pero se refugiará en la lectura o incluso la música.
-Una vieja alcohólica que perdió un hijo en la Guerra Civil.
-Un cura progresista que sea bueno, o un cura ortodoxo que sea malo.
-Un monaguillo. Puede ser el niño orejón o incluso su amigo gordo.
-Un perro drogado.
3. Ir a reventar todos los anticuarios de España en busca de objetos que se incrustarán casualmente en cada escena: si van por la playa, sale un niño con una cometa; si están en la mesa, salen cubiertos antiguos y teteras desfasadas; si van por la calle, pasarán por detrás muchos niños con pantalón corto y juguetes antiguos como los citados diábolos, peonzas, tabas y otros espantos; si están en la escuela, se pega un mapa antiguo al estilo del Florido Pensil y un encerado envejecido con betún de Judea, aunque también sirve la grasa del pelo de Garci. Los coches pueden ser carromatos mal recuperados y las camionetas, que trasladan incansablemente a los sujetos de un pueblo a otro aún más horrendo, deben llevar matrícula antigua.
4. Cuando haya una escena que sea emotiva, que suene un violín. Al principio cuesta, pero luego ya sabes cuándo toca soltar la lagrimita.
5. Es importante que alguien haya emigrado por razones políticas, que alguien sufra calladamente la soledad del desengaño amoroso, y que la gente coma hogazas enormes de pan mientras se psicoanaliza junto al fogón. Refranes, citas bibliográficos lo más pedantes posibles, y recuerdos espasmódicos de infancias rurales, fundamentales.
6. Mirar bien por la cámara:
¿Y ser Garci?
1. Seleccionar un pueblo del norte de España, preferiblemente de Asturias o Cantabria.
2. Elegir personajes entre los siguientes tipos:
-Un maestro de escuela con canas y, a ser posible, revolucionario. Ha sufrido, pero es bondadoso. Da consejos directos al corazón de los restantes personajes penosos.
-Una mujer rica algo egoísta pero cuyo corazón se va ablandando con el tiempo. Es culta y lee libros que a Garci le parecen sofisticados y refinados.
-Un niño orejón con pantalón corto. Paga a otras niñas-putas para que le enseñen las bragas. Juega con juguetes atrasados, como peonzas, diábolos y cometas.
-Un amigo gordito del niño orejón, que sea pobre, y dé pena. No es necesario que sea sordomundo, pero eso son puntos.
-Un boticario con bigote y pinta de pringao. Nunca se va a ligar a la rica, pero se refugiará en la lectura o incluso la música.
-Una vieja alcohólica que perdió un hijo en la Guerra Civil.
-Un cura progresista que sea bueno, o un cura ortodoxo que sea malo.
-Un monaguillo. Puede ser el niño orejón o incluso su amigo gordo.
-Un perro drogado.
3. Ir a reventar todos los anticuarios de España en busca de objetos que se incrustarán casualmente en cada escena: si van por la playa, sale un niño con una cometa; si están en la mesa, salen cubiertos antiguos y teteras desfasadas; si van por la calle, pasarán por detrás muchos niños con pantalón corto y juguetes antiguos como los citados diábolos, peonzas, tabas y otros espantos; si están en la escuela, se pega un mapa antiguo al estilo del Florido Pensil y un encerado envejecido con betún de Judea, aunque también sirve la grasa del pelo de Garci. Los coches pueden ser carromatos mal recuperados y las camionetas, que trasladan incansablemente a los sujetos de un pueblo a otro aún más horrendo, deben llevar matrícula antigua.
4. Cuando haya una escena que sea emotiva, que suene un violín. Al principio cuesta, pero luego ya sabes cuándo toca soltar la lagrimita.
5. Es importante que alguien haya emigrado por razones políticas, que alguien sufra calladamente la soledad del desengaño amoroso, y que la gente coma hogazas enormes de pan mientras se psicoanaliza junto al fogón. Refranes, citas bibliográficos lo más pedantes posibles, y recuerdos espasmódicos de infancias rurales, fundamentales.
6. Mirar bien por la cámara:
posted by Al at 7:46 AM
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